Por Washington Cabello
(CIUDAD DE PAMAMÁ, Panamá).- Los Toros de Herrera, en represenatción de Panamá, despojaron del invicto a Cuba, en Serie del Caribe, realizadas en este país, al derrotar a los Leñadores de Las Tunas, tres carreras por una.
Los panameños salvaron la edición número 61 de la Serie del Caribe, al ofrecerse a albergarlo, tras la necesidad de sacarlo de la ciudad de Barquisimeto en Venezuela, producto del descalabro institucional, económico y político en que tiene sumido este país la narcodictadura militar y cubana.
Estos equipos que se disputaron la final en el Estadio Nacional Rod Carew de Ciudad de Panamá, actuaron como invitados, ya que no pertenecen a la Confederación de Beisbol Profesional del Caribe.
En este país, no se jugaba desde hace 59 años. Se habían realizado tres series, en el año 1952, 1956 y la más reciente la edición 12, en el 1960 (desde entonces no jugaba Panamá) y todas fueron ganadas por Cuba.
Con este título, Panamá, bajo la responsabilidad del dirigente Manuel Rodríguez, suma su segundo cetro. El primero fue en el año 1950, con el equipo los Yankees de Carta Vieja.
«Aquí no hay secretos, simplemente yo tenía 28 guerreros, 28 peloteros con mucho talento y que día a día salían a dar lo mejor de sí. Cuando tú juegas el béisbol de esa forma, vas a obtener estos triunfos que levantan mucho el béisbol aquí en Panamá», expresó Rodríguez.
Abrió el partido por Panamá, Harold Araúz, quien trabajó cuatro entradas completas, sin permitir novedad. Le siguieron los relevistas Anfernee Benítez, Luis Mateo y Manny Corpas, quien trabajó el noveno y se anotó su cuarto salvamento en la serie, al retirar al cuarto bate Alfredo Despaigne, con elevado al central.
Por los ganadores, que madrugaron, se destacaron Allen Córdoba y Elmer Reyes, ambos empujaron las dos primeras, suficientes para la victoria. La tercera fue en la séptima entrada caundo con dos outs Rodrigo Vigil, empujó a Jonathan Gálvez.
Freddy Asiel Álvarez, abridor, quien cargó con los dos encuentros que perdió Cuba, permitió dos carreras.
La única carrera de los cubanos fue producida en quinto episodio, por indiscutible de Alfredo Despaigne, quien tras dos outs, fue impulsado por Carlos Benítez. Araúz.
El torpedero Javier Guerra, perteneciente en las menores a los Padres de San Diego, fue el Jugador Más Valioso.
Estuvo presenciando el encuentro inaugural de la serie Mariano Rivera, quien acaba de ser elegido por unánime al Salón de la Fama del Béisbol de Cooperstown.
Imagen de: lvbp.com